A José Luis le acaban de dejar plantado en el altar y, por si fuera poco, Mari Carmen, su insistente señora madre, se ha empeñado en acompañarle a la luna de miel con la excusa de no perder el dinero. Cada minuto que pasan en Mauricio, José Luis se siente más infeliz y fracasado, mientras que Mari Carmen lo pasa como nunca, viviendo todas las experiencias que siempre había deseado y revelándose como la maravillosa mujer que es en realidad.