En un universo tan complejo como el de la tauromaquia, el cineasta explora el crecimiento de dos personajes que pasan de la infancia a la adultez frente a los ojos del espectador: Matteo, un joven que sueña con ser torero profesional, y Fandango, un becerro que nace en un criadero de toros para competición. A pesar de transitar sus días en entornos muy diferentes, el paralelismo entre la vida de uno y otro está signado, al igual que sus respectivos destinos, desde el principio.