Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), un avión sin distintivo es derribado. A bordo se encuentran varias decenas de niños británicos de edades comprendidas entre seis y doce años. El aparato cae en una isla desierta, aislada de cualquier vestigio de civilización. Ningún adulto sobrevive, por lo que los chicos se encuentran, de repente, solos y se verán obligados a agudizar su ingenio ya tomar decisiones si quieren sobrevivir en circunstancias tan adversas.