Cuando el agente de policía Bob Hightower (Nikolaj Coster-Waldau) descubre que su ex mujer ha sido asesinada y su hija secuestrada por una secta satánica, se siente frustrado por la chapucera investigación de las autoridades. Bob deja la policía y se infiltra en el culto demoníaco para dar caza al carismático líder Cyrus (Karl Glusman). Pero no estará sólo, en su misión le ayuda la única víctima femenina que ha escapado de la secta: Case Hardin (Maika Monroe). Bob es conducido a la madriguera del conejo para salvar a su hija, y Case aprovecha la oportunidad para reclamar su pasado a la secta que tanto le ha arrebatado.