Desde el siglo XIV, los esclavos traídos de África a duras penas sobrevivían en los arrabales de Sevilla. Gonzalo de Mena no sólo crea para ellos un hospital y una capilla, sino también una hermandad para integrarlos en la vida religiosa y social de la ciudad. Así, forman la primera congregación religiosa negra, título que tienen que defender ante otras cofradías blancas.