Isaías, 40 años, era un prometedor arquitecto. Ahora pasa sus días entre su estudio de arquitectura y el parque a la salida de la escuela, donde juegan sus hijos. Dondequiera que esté, Isaías siente que no está donde debería. Con su mujer Ainhoa se nota el paso de los años y lo agotadores que pueden ser los niños. Isaías entabla una amistad con Sonia, madre de otro niño del cole, que le va a mostrar que esto de criar a tus hijos y entrar en la vida adulta no es tan simple.